[PÚBLICA] Sigamos hacia la Grand Line

Me desperté de golpe. Estaba tumbada en el sofa, con la ropa del dia anterior, ya seca. Me levanté y me pregunté como narices habia llegado a dormir en el sofa. Entonces me di cuenta. El pirata de ayer, Trendy, estaba en mi cama. Me arrepentí de aquella decision, me dolia la espalda horrores y tenia la cabeza hecha polvo. Me dirigí a la cocina para hacerme una infusion. Mientras la hacia me acordé de Trendy. 'Le hare otra a él' pensé. La infusion milagrosa de mi madre. Como la echaba de menos...
Pensar en ella hizo que me acordara del pirata que la mató. A ella, a mi padre, a mi hermana pequeña... y a mi prometido. Aferré el cuchillo con el que partia las hierbas con tanta fuerza que me hice sangre. Noté como ésta fluia desde la palma de mi mano hasta gotear al suelo.
- Mierda!
Puse la mano debajo del grifo y limpié la sangre. Cogí un puñado de vendas de un cajón y me la vendé a duras penas.
Entonces seguí con mi tarea.

Me levanto en una cama que no conocía, y miro a mi alrededor, estaba en una habitación, con una pequeña ventana que dejaba pasar el sol de media mañana, y me levanté, cansado, y me palpé el pecho, dolorido, levantandome las ropas y palpandome las costillas, las sentía débiles, e incluso rotas, y me levanté a duras penas, entre quejido y quejido, mientras abría la puerta y bajaba abajo, dónde ví a la chica del otro dia.
-Hola...
Dije, serio, y cansado, mientras suspiraba y me acercaba a una pequeña silla que estaba situada en la cocina.

- Hola - le saludé. Estaba hecho una pena, peor que yo... - Por fin te has despertado, chico, pensé que tenia que ir y tirarte un cubo de agua en la cabeza.
Se sentó y le ofrecí una taza con la infusion milagrosa de mi madre.
- Tomatela - le dije - Te sentiras mucho mejor.

La acepté con una sonrisa, y le di un trago, estaba asquerosa, pero noté mi cuerpo algo más reconstituido, y acabé bebiendomelo todo, sacando la lengua, haciendo una gran mueca de asco...
-No está muy bueno...
Intenté sonreír, pero el sabor aún reposaba en mi paladar y no lo logré.
-Porcierto... porque me salvasté? No me conoces...

Al ver que Ayame pasaba de mí, probablemente por mi reacción, dejé de insistir, y me levanté, abrí la envera y saqué una manzana, a la vez que escuchaba la puerta.
Subí escopetado a mi cuarto a ponerme algo, ya que había bajado sin camisa, y me coloqué la primera que encontré tirada encima de la cama, por suerte, era la mía.
Bajé rápidamente, Ayame no se había enterado de que llamaban a la puerta, y pensé que aún estaba enfadada, ya que ni me miró, y me dirijí a la puerta, la abrí con cuidado, terminandome la manzana y lanzandola a al aire, en llamas, y antes de que cayese al suelo, se había convertido en cenizas.
Al abrir vi a una mujer, vestida de blanco, con el logotipo de la marina, y me quedé parado... "Troyan a cambiado de idea?" pensé para mis adentros, a la vez que mis cinco dedos se prendían en llamas, igual que el otro día...

Agarré la bolsa, sin apagar mis llamas y miré a la mujer, desconcertado.
-Te envía Troyan?
Le dije, mientras miraba de reojo la bolsa, en mi bolsillo, guardada, sin abrirla todabía... dudando de su contenido...

Apagué mi mano rápidamente y le agarré el brazo, para que no pudiese marchar, y la zarandée, y, a base de esto, su capucha se desprendio de su cabeza, dejando a vista de todos su rostro. Me quedé mirandola, sin decir ningúna palabra, ella tenía la vista bajada, y cuando reaccioné, la miré nuevamente, cojiendo la bolsa y abriendola, dejando mostrar su contenido brillante a la luz del sol, y se la lanzé a la cara, golpeandola duramente.
-No quiero tus limosnas... traidora...
Le solté el brazo y volví a la casa, lanzandole una última mirada.
-No arreglas nada con unas monedas...

Me llevé la mano a la cara, adolorida, y cerré fuertemente la mandíbula. Cuando oí sus palabras y el cerrar duro y fuerte de la puerta levanté la mirada, llorando y pegué una fuerte patada al trozo de madera casi echándolo al suelo.

- ¡¡IMBÉCIL!! - grité a pulmón limpio casi desgarrándome las cuerdas vocales con voz quebrada por el llano, antes de salir corriendo calle arriba

Cerré los puños fuertemente y los ojos, intentando hacer olvidar a la chica de mi cabeza, cuando escucho un gran grito y un golpe enorme en la puerta, que la hace temblar y casi caer.
Salgo afuera, casi rompiendo la puerta y la miro marchar.
-HIPÓCRITA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Grito fuertemente, con toda mi potencia pulmonar, que, al lado de la suya, era bastante pátetica, pero fue lo suficiente para que se girase y me mirase, enfadada.

Me giré enfadada, aún llorando.

- ¡¡BASTARDO!! - grité de nuevo. Suerte que la calle estaba vacía y nadie nos oía - ¡¡ORGULLOSO!!

Mi cabeza ardia de rabia y le diriji una mirada que mataba nada más de sentirla...
-ARROGANTE!!!!!!!!
Grité, intentando superar sus gritos.
-ERES DETESTABLE!!!

- ¡¡VAYA UNO FUE HA HABLAR!! - grité aún llorando - ¡¡BIPOLAR!! ¡¡EGOCÉNTRICO!! ¡¡DÉSPOTA!!

-¡¡FUMETA!! ¡¡CORAZÓN DE HIELO!! ¡¡ERES LA MAYOR IMBÉCIL QUE HE CONOCIDOOOOOOOOO!!
Grito fuertemente, señalandola con el dedo.

- ¡¡DEJA MIS VICIOS EN PAZ!! - gruño - ¡¡MECHERO CON PATAS!! ¡¡FOGÓN!! ¡¡BRUTO!!

- YA VALE DE INSULTOS!!!!!! - grité intentando hacerme oír. Maldicion! La tia de la Marina estaba en la puerta de mi casa y yo ni me habia dado cuenta, estaba tan ensimismada... pensando en mis seres queridos... que ni la oí.

-¿MECHERO!!? ¿¿MECHERO!!!!!? ¡¡SERÁS ESTÚPIDA!! ERES LA MAYOR GILIPOLLAS DE ESTE MUNDOOOOOOOOOO!!!
Seguía apuntandola con el dedo, enfadado, y prendido en llamas.
-NO SE CÓMO ALGUIEN SE PUEDE PILLAR POR TI!!!!! MALDITA CIGARRILLO!!!!! MUERETE!!!!

- ¡¡GILIPOLLAS TÚ!! - continué gritando - ¡¡YO TAMBIÉN DUDO QUE ALGUIEN SE PILLE DE TÍ, HOGUERA HUMANA!! ¡¡VETE AL INFIERNO!! - finalicé secándome las lágrimas dándome la vuelta para seguir corriendo calle arriba.

-YA ESTABA EN EL INFIERNO!!!!!!! A TU LADO!!!!!!!!! ERES LA TIA MÁS IDIOTA DEL UNIVERSO, LA MÁS ARROGANTE, Y ... Y...
No sabia que más decirle y corrí hasta cojerla por el brazo y darla la vuelta.
-UNA COBARDE!! PORQUE HUYES!!! DA LA CARA!!!
Vi como lloraba, pero no le presté atención...

- YA VALE!!!! -grité- QUEREIS PARAR DE UNA VEZ?!?
Al ver que no me hacian caso, me di la vuelta.
- Bueno - dije -, yo entro a casa. Arreglad esto entre vosotros. Pero no ataqueis la puerta, por favor.

- ¡¡SUELTAME!! - grité volviendo a llorar, removiéndome para que me soltase. - ¡¡QUÉ MÁS TE DA!! ¡¡SI TOTAL, SOY UNA TRAIDORA COMO TU DICES!!

-No voy a soltarte...
Le dije, aún agarrandola por el brazo.
-Sí... eres una traidora... pero...
Suspiré y me tragué mis palabras.
-Me divierto haciendote enfadar... y si te marchas me aburriré...

'Bueno, ya no gritan' pensé. Por si las moscas, no salí. Podria empeorar las cosas...
Me dirigí a una mesa y cogí una foto que habia en ella. Saliamos yo y mi prometido, unos dias antes de la tragedia... me puse a llorar. Era injusto. No tendria que haber muerto.
Me dirigí al baño a secarme las lagrimas y subí las escaleras en busca de algun libro interesante.